La retracción de las encías provoca una reducción del hueso, lo que aumenta el riesgo de perder dientes. ¡Con la ayuda de un especialista, puedes prevenirlo!
La enfermedad periodontal se manifiesta con encías enrojecidas, inflamadas, que sangran o se retraen, además de mal aliento, molestias al masticar y dientes que pueden aflojarse.
La causa principal es la acumulación de placa bacteriana, frecuentemente debido a un cepillado inadecuado. Esta acumulación genera gingivitis o inflamación en las encías. Si no se trata o si la persona tiene una predisposición genética a desarrollar periodontitis, se inicia la pérdida de hueso que sostiene los dientes.
Factores que favorecen la aparición de la enfermedad periodontal:
– Diabetes, embarazo, consumo de tabaco, higiene bucal deficiente, estrés, mala alimentación y ciertos medicamentos (como antihipertensivos, inmunosupresores y hidantoínas).
– Prótesis y empastes mal ajustados, dientes apiñados, surcos profundos o alteraciones anatómicas.
Importante: La enfermedad de las encías generalmente NO CAUSA DOLOR.
La enfermedad periodontal PUEDE TRATARSE. Con el tratamiento periodontal, logramos detener la pérdida de hueso, aunque es fundamental un MANTENIMIENTO PERMANENTE, tanto en casa (con métodos de higiene adecuados) como en el consultorio, para llegar a áreas difíciles y prevenir recaídas.